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  • Foto del escritorHumberto Correa

Covid-19: estudiantes sin práctica clínica puede tener implicancias significativas

Reflexiones a propósito del artículo Clinical placements foe medical students in the time of covid-19. Med J Aust 2020;213: 69-71

Retirar a los estudiantes de las prácticas clínicas puede tener implicancias significativas para la futura planificación de la fuerza laboral en salud

Las rotaciones clínicas para estudiantes de medicina son fundamentales para la enseñanza y el aprendizaje en cualquier programa médico. Los estudiantes en los últimos años generalmente realizan rotaciones en disciplinas, como medicina general, pediatría, psiquiatría, cirugía, anestesia, obstetricia y ginecología. En nuestro programa médico, hay cerca de 300 estudiantes actualmente matriculados en los 2 años finales. A pesar de la actual pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID ‐ 19), la Universidad de Flinders ha mantenido su compromiso de proporcionar a los estudiantes de medicina estadías clínicas.

Esta postura que se alinea con la de los Decanos de Medicina de Australia y Nueva Zelanda (Medical Deans of Australia and New Zealand), todas las autoridades de salud estatales y territoriales, y el Comité Principal de Protección de la Salud de Australia (Australian Health Protection Principal Committee). El consenso local entre las partes interesadas es que tenemos la obligación de tratar a todos los pacientes con las medidas de seguridad adecuadas. Dado que se desconoce la respuesta a largo plazo a COVID ‐ 19, retirar a los estudiantes de las ubicaciones clínicas puede no solo afectar su capacitación médica sino también tener implicaciones significativas para la planificación futura de la fuerza laboral en salud.

Sin embargo, existen desafíos extraordinarios en los entornos clínicos y universitarios. Si bien COVID‐19 representa una situación única en términos de expansión mundial, existen otros ejemplos de interrupción a gran escala de la educación médica, incluido el brote del síndrome respiratorio agudo severo (SARS) de 2003. En Canadá, la transmisión local del SARS en Toronto causó una interrupción significativa en la enseñanza habitual, afectando particularmente la enseñanza de habilidades clínicas y causando el cese de las pasantías tercera y cuarta. Esto tuvo un impacto en todos los estudiantes de medicina de último año y en los puestos de residencia de primer año en Canadá, 2 una experiencia que se reflejó en Hong Kong con la cancelación de la enseñanza en la sala y los retrasos en los exámenes.3 Si bien es posible que deseemos evitar este resultado, mantener todos los estudiantes de medicina en sus ubicaciones clínicas pueden ser un desafío.

Existe una gran ansiedad entre la fuerza laboral existente, que está comprensiblemente preocupada por el impacto rápidamente cambiante de COVID‐19, y esto puede conducir a opiniones diferentes entre los supervisores clínicos sobre los méritos de las prácticas clínicas continuas. En nuestra universidad, en asociación con estudiantes de medicina y proveedores de atención médica, hemos abordado esta preocupación escribiendo y distribuyendo ampliamente directrices claras para las pasantías clínicas. En algunas ubicaciones de alto riesgo, como la endoscopia y otros procedimientos de generación de aerosoles, hemos alentado a los supervisores clínicos y a los estudiantes a que negocien actividades apropiadas que no aumenten el riesgo de exposición a COVID‐19 al estudiante, otro personal o los pacientes, al tiempo que permiten que el alumno aprenda en el entorno clínico.

La experiencia del SARS en Canadá destacó la variabilidad en las precauciones estándar y las prácticas de control de infecciones y la adaptación de la enseñanza.2 En nuestro programa médico, la capacitación sobre el uso de equipos de protección personal estaba previamente integrada en las rotaciones clínicas. En respuesta a COVID‐19, hemos promovido la actualización para los estudiantes sobre el lavado de manos, el ajuste de la máscara N95 (o P2) y el uso y la colocación de ropa protectora, con certificación formal al finalizar.

Hasta la fecha, los estudiantes han optado por permanecer en prácticas clínicas. Si bien les preocupa su seguridad personal, siguen comprometidos con la atención al paciente y su propio aprendizaje. Este también fue el caso en Canadá, donde los estudiantes se enorgullecían de su papel como parte del equipo de atención médica y entendieron que brindar atención médica no está exento de riesgos.2 Además, el aprendizaje en la vida real en la situación actual puede ser invaluable. Los estudiantes han visto cómo se lleva a la práctica la gobernanza del sistema de salud, han sido testigos de cómo los médicos clínicos superiores actúan cuidadosamente y con intención a pesar de su propia ansiedad, y han observado la práctica profesional proveyendo buena comunicación y actuando con humanidad y compasión con las personas enfermas.

COVID‐19 presenta desafíos importantes para las escuelas de medicina que integran la enseñanza y el aprendizaje dentro del ambiente clínico. Nuestros estudiantes de último año son la futura fuerza laboral médica y es nuestro trabajo asegurarnos de que sean profesionales competentes, entrenados en la medicina general y listos para trabajar. Además, la comunidad en general tiene expectativas razonables de que la fuerza laboral recién graduada estará preparada para pandemias además de la provisión de atención de rutina. Esta situación refuerza la postura de mantener la enseñanza y el aprendizaje basados ​​en competencias en el ambiente clinico. Es probable que la educación en algunos sectores especiales se vea significativamente desfavorecida por la cancelación de ubicaciones riesgosas o por sectores que han sufrido modificaciones sustanciales como resultado de la reasignación de recursos de atención médica. Sin embargo, es importante recordar que aún es necesario continuar el intenso trabajo clínico no relacionado con COVID-19. La evaluación continua de la experiencia educativa real que reciben los estudiantes en esta instancia nos proporcionará un aprendizaje adicional si surgen déficits y, en el peor de los casos, nos ayudará a identificar los sectores en que la enseñanza clínica no debe mantenerse.

1. Medical Deans of Australia and New Zealand. Principles for medical students’ safe and useful roles in the COVID‐19 health workforce, 2020. https://medicaldeans.org.au/md/2020/03/2020-March-20_principles-for-medical-student-roles-in-COVID-19-health-workforce.pdf (viewed June 2020).

2. Rieder M, Salvadori M, Bannister S, Kenyon C. Collateral damage: the effect of SARS on medical education. Clin Teach 2004; 1: 85–89.

3. Patil NG, Yan Y. SARS and its effect on medical education in Hong Kong. Med Educ 2003; 37: 1127–1128.

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